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14 de septiembre de 2014

Lo que me gusta





El 24 de noviembre de 2010 escribí aquí sobre lo que no me gusta (http://tildesyacentos.blogspot.com.es/2010/11/lo-que-no-me-gusta.html). A pesar de no haber comentarios al post, recibí en persona y por correo electrónico no pocas recomendaciones, reconvenciones y toda suerte de consejos bienintencionados que escuché y no rebatí, pues que la gente no opine como yo nunca me supuso ningún problema.

Han transcurrido casi cuatro años y creo que ha llegado el momento de publicar la lista inversa, ya que son muchas las cosas que me mantienen conectada a la vida, muchas más, créanme, que las que aborrezco. Por tanto, me ha sido difícil elegir solo diez de ellas, lo que me ha llevado a desechar las más obvias, para centrarme en aquellas que tal vez me hayan forjado con más determinación. Sé que algunas les dejarán de piedra, pero es lo que hay, no intento engañar ni dañar a nadie. Así pues, me gustan:

1.- El sonido de los grillos. Es rítmico y me hace recordar la estación en que estoy, los veranos de ventanales abiertos, las cálidas noches de tenues sábanas y aroma a jazmín.

2.- La costumbre americana de abandonar el hogar pronto, porque esto dota de autonomía a los hijos y los responsabiliza de su propia vida.

3.- Visitar iglesias y templos y que conste que rezo en todos, sean de la religión que sean, no por esnobismo, sino porque me considero monoteísta y mi dios está en todas partes.

4.- El señor Spock, Zira, Guilligan, Desdémona, King-Kong, Endora, Jorgina, los Monster, Phileas Fogg, Charlie Brown, Shanti Andía y Sancho Panza, porque con la ficción también he crecido, aprendido, sufrido y gozado.

5.- Montar en globo. Navegar por el aire y vislumbrar la tierra como hacen los pájaros, sin ventanillas por medio, es una de las experiencias más intensas que he vivido nunca.

6.- Vaguear. Reconozco que soy perezosa, aunque lo disimule muy bien. Por eso disfruto mucho de las pocas ocasiones en que puedo mirar las musarañas.

7.- Visitar mercados. Al igual que los templos, los busco en cualquier localidad en la que recalo. Los colores, olores, sonidos, texturas y sabores de cuanto me encuentro allí me dicen mucho del lugar en que estoy, de sus gentes y costumbres, de su historia y sus anhelos.

8.- Defender causas perdidas, porque las causas ganadas ya tienen muchos pretendientes y avalistas.

9.- El aroma de las higueras, pues me evoca la placidez del verano. Hace tiempo que encontré un perfume francés con esa fragancia y lo aspiro en invierno, cuando la oscuridad del hielo me congela el espíritu.

10.- Las ideologías audaces, libres y humanistas. Huir del adoctrinamiento es el primer paso para construir un mundo plural, en el que nada se dé por sentado y, por tanto, vaya mejorando de verdad.



NOTA: La foto fue tomada en Brasov y se trata del cartel decorativo de una librería.