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19 de noviembre de 2011

Jornada de reflexión



  • Si en Occidente hemos llegado al punto en que estamos, social y económicamente  hablando, como consecuencia de haber aplicado unos parámetros económicos diseñados y dictados por los mismos economistas y políticos que ahora nos dan consejos para salir de la crisis, ¿por qué tenemos que hacerles caso?
  • Si la democracia consiste en el poder que la soberanía popular otorga a sus representantes, legítimamente elegidos a través de las urnas, para llevar a cabo sus programas electorales, ¿cómo calificar lo que ha sucedido en Grecia e Italia?
  • Si han desaparecido el empleo y el dinero que lo crea, ¿por qué hay empresas con balances millonarios?
  • Si cada partido político dice ser diferente a su contrario, ¿por qué no apreciamos las diferencias?
  • Si las hipotecas son garantías reales y nacieron para asegurar la devolución de un préstamo con el inmueble gravado, ¿a qué demonio del averno se le ocurrió convertir a las personas en zombis desahuciados y eternamente endeudados?
  • Si detrás del euro no hay más que caos, ¿cómo puede ser que sigan vivos en Dinamarca, Gran Bretaña, Suecia o Polonia?
  • Si los jefes de Estado y mandatarios son tan patriotas, por qué invierten sus ganancias en lugares tan extraños como las Caimán, Belize, Naurú, Montserrat o Niué?
  • Si son los ciudadanos de a pie los más perjudicados por la crisis, ¿por qué se les castiga con reducción de salario, congelación de pensiones y recortes de ayudas?
  • Si los bancos han abocado a la miseria a millares de personas, ¿cuál es la razón de que se les premie con incentivos y ayudas?
Mañana domingo es día de elecciones generales en España y yo, siguiendo lo que marca la ley, este sábado me lo he tomado como jornada de reflexión.




21 de octubre de 2011

Dos noticias


Regreso a casa y escucho en la radio, por fin, una buena noticia: el cese definitivo de casi medio siglo de acciones terroristas.  Curiosamente, a mediodía recordé este artículo y esta entrevista, que he tenido bien presentes desde que los leí. Espero que nada se tuerza y que todo el proceso culmine en una solución aceptada por cuantos son parte en él. Aún queda trabajo, pero llevar la paz es el mejor de los trabajos.
Seguidamente me entero de que han matado a Gadafi algunos de esos libios que, durante décadas, estuvieron sometidos a los dictados de ese sátrapa (por cierto,  denostado o alzado por los gobiernos occidentales, según soplara el viento de los pozos petrolíferos y de las reservas de gas). En la tele veo gente alzar los brazos, bailar y hacer gestos de alegría por esta muerte. Pero yo, que en el colegio abjuré para siempre de las teorías tiranicidas, he sentido rechazo hacia esa manera de hacer justicia.
Son dos caras de una misma moneda, dos formas diferentes de cortar cadenas. Yo sé cuál elijo, ¿y tú?

14 de octubre de 2011

Otoño, luces y cambios


  
Probablemente la vida solo sean percepciones, es decir, una especie de espejo que refleja nuestros pensamientos. Si siento miedo, ¿acaso no me llegarán ocasiones de padecerlo? Si espero tranquilidad, seguro que encuentro un momento de sosiego.
Quienes me conocen saben que ahora comienza el año para mí. Cuando llegué a este mundo, mi primer olor, mi primer sonido y mi primera luz fueron otoñales, así que asocio esta estación con los cambios, con el fin de una etapa y el comienzo de otra, con la recolecta de cuanto hemos sembrado meses atrás y la posibilidad de mejorar a partir de ahora.
Estos meses de ámbar, en los que las luces se van achicando, me aportan cierto estado de gracia que me permite volar y mirar desde lo alto el maravilloso paisaje que se extiende ante mis ojos. Lejos de perderme en el laberinto, sé que entraré y saldré de él a mi antojo, ayudada por cientos de imágenes y sensaciones que se han ido amontonando, año tras año, en el limbo de mi memoria.
Sí, estoy de cambios. El otoño me ha regalado este año unos nuevos ojos para mirar las cosas desde otro ángulo, una sonrisa en el alma, para que nada me agobie, y la libertad de empezar de nuevo.

13 de octubre de 2011

Hay poetas


Desde hace años, el oficio de poeta es de los más olvidados. O si no, prueben ustedes mismos a ver qué imagen o idea es la primera que asocian cuando alguien pronuncia las palabras "escritor", "escritura", "libros", etc.  La mayoría de las veces acudirá a sus mentes la prosa, en cualquiera de sus múltiples variantes.
En una ocasión me contaron que un psiquiatra, entre las cuestiones que destacó de una persona para recomendarles a sus allegados una temporada de reposo y tratamiento, fue que escribía poesía. Las otras eran su religiosidad y su inclinación a lo bello. Esto ocurrió en la segunda mitad del siglo XX, por lo que podemos pensar qué suerte habrían corrido en manos de ese galeno santa Teresa de Jesús, san Juan de la Cruz o el sufí Yala al-Din Rumi.
Cuando, allá por los ochenta, los "Golpes Bajos" cantaban que eran malos tiempos para la lírica, algunos nos lamentábamos de que Gabriel Celaya se llevase para siempre su deseo de que la poesía fuera un arma cargada de futuro. 
Por eso estoy contenta de que este año se haya galardonado con el Nobel de Literatura al poeta Tomas Tranströmer, quien, por cierto, además de dedicarse a un arte minoritario, no ha dejado que una hemiplejia cercene su línea directa con el Parnaso.




21 de septiembre de 2011

Tomar decisiones


¿Cuántas decisiones tomamos al cabo del día? ¿Y del mes? ¿Cuántas veces lo hacemos sin percatarnos de ello? ¿Cuáles nos llevan más tiempo tomar? Está claro que no es lo mismo decantarse entre tomar café o té, que aceptar un trabajo u otro, por ejemplo, y ni les cuento si, en mi caso, se trata de escoger entre una falda o un vestido (en fin...). Pero he observado que, muchas veces, lo que termina siendo uno de los acontecimientos más decisivos e importantes en nuestra vida, al principio no fue más que el chispazo del momento, algo así como el irresistible impulso por coger un camino cuya senda no distinguimos claramente, pero la intuimos.
¿Será que cualquier camino conduce hacia nuestros fines, como los indicadores de WC que encontré en Wroclaw el mes pasado?

Universo



Venus y Marte son distintos, pero comparten el mismo Universo. 
De Venus a Marte: Feliz cumpleaños.

12 de septiembre de 2011

Viajeros en tránsito y el cielo de Flandes



Cada vez es más fácil trasladarnos de un lugar a otro y sentirnos Philieas Fogg o Passpartout (depende del momento). Lo que hace unas décadas era casi un sueño, hoy se ha convertido en una realidad al alcance de mucha gente. De Buenos Aires a Toronto, de Estambul a Yakarta, de Tokio a Oslo, de Barcelona a Tel Aviv, de Niza a Ciudad del Cabo, de Lisboa a La Habana, de Kiev a Munich, de Río de Janeiro a Milán, de Malabo a Las Palmas, existen miles de caminos que surcan los cielos, las aguas y las tierras de este planeta.
Si hay suerte con los enlaces y no surgen huelgas, averías o catástrofes naturales, la vuelta al mundo ha dejado de ser la aventura de ochenta días que propuso Verne en su novela. Gracias al avión, hoy podemos tragarnos seis husos horarios pasando las páginas del mismo libro, o durmiendo plácidamente. Reconozco que volar me gusta mucho, así que normalmente encaro estos acontecimientos con satisfacción.
Pero también podemos transitar por cuatro o cinco países en un mismo día, mudando de aeronave y sin cambiar de aires. Los viajeros en tránsito se mueven dentro de una burbuja con ventilación artificial que, como normalmente está a muy baja temperatura, obliga a llevar chaqueta continuamente, aunque sea verano, vengan de Miami y se dirijan a Jerez. Además, atisban un pedacito de la cuidad en la que están de paso a través de cristales herméticamente cerrados y lo que ven coincide normalmente con lo que han visto en otra parte: hormigón, hangares y alguna torre de control. Después, cuando acceden nuevamente al siguiente aeroplano, la mayoría de las veces lo hacen a través de fingers con la misma atmósfera prestada que les acompaña desde que pusieron el pie en el aeropuerto de salida.
Salvo pequeños aeródromos de exóticos o lejanos destinos, el mundo occidentalizado se unifica también en esto. Damos vueltas por las zonas se tránsito y embarque contemplando las mismas tiendas, oliendo los mismos aromas, picoteando las mismas chucherías, dándonos los mismos caprichos. Son tiempos de uniformidad y globalización. Por eso, tras casi cinco horas esperando en Bélgica el enlace con mi vuelo, ahíta de tés con limón, con dos bolsas repletas de chocolates que el médico no me dejará probar y un montón de galletas con las que culminé un día de peregrinación, caí en la cuenta de que me desplazaba a través del cielo de Flandes. Hasta entonces, Bruselas solo fue un nombre impreso en alguna parte de mi documentación de viaje.

NOTA: Gracias a Maribel, a Ana y a la familia Ballesteros, por tantas risas.

31 de agosto de 2011

Varsovia




En mi imaginario particular, hay ciudades que siempre he guardado en el cajón de los tesoros. Varsovia es una de ellas. En general, los lugares devastados, invadidos y asfixiados me merecen respeto y admiración. Me recuerdan también que casi todo es efímero y que, al menor descuido, la dignidad humana, la soberanía popular y los peldaños de civilización conquistados pueden desaparecer. Basta recordar lo que ocurrió con los nazis, en 1939, y luego, en 1945, lo que hicieron los soviéticos en territorio polaco.
A mi regreso de vacaciones, me he encontrado con un país (el mío) completamente invadido ya por la dictadura de la Europa de los mercaderes. Se modifica la Constitución por las bravas, de espaldas al sentir de la gente, para calmar el fuego del dragón que nos amenaza. Vayamos olvidándonos del Estado social de Derecho y preparémonos para cualquier cosa. Pero no perdamos la esperanza: tras muchos años de vivir bajo la suela del oprobio, en Varsovia sale música de los bancos callejeros y los peatones tocan el piano cuando cruzan las calles.



6 de agosto de 2011

Cortar amarras



Cuando cojo vacaciones, durante unos días me encuentro en el limbo, como esos espíritus que no han abandonado del todo el mundo carnal y dan vueltas por allí y por allá intentando encontrarse a sí mismos. Necesito un tiempo para acomodarme a mi nuevo estado, olvidar los tics del invierno y perdonarme las ganas de no hacer nada. Es una carrera con una meta bien definida: no saber en qué día vivo.
Creo, amigos, que a esa meta he llegado hoy mismo... Al fin estoy libre. 

28 de julio de 2011

Ejem...



Esto a mí no me ofende: pincha aquí

Lo que dicen estos personajes, sí:  pincha aquí

Pecados capitales: la pereza



Me cuesta mucho escribir sobre la pereza como algo maligno, cuando en ocasiones puede resultar liberador y hasta positivo. Para ser sincera, un poco de inactividad nos viene bien a todos. A menudo hay que parar, tomar aire y dedicarnos a vagar por las estructuras del no-hacer. Para Lafargue esto era revolucionario. Para la mujer y el hombre modernos, puede incluso ser cuestión de salud mental. Para mí, a finales de julio, ni les cuento.
Por eso creo que debemos rechazar el concepto de pereza que nos inculcaron desde la cuna, es decir, la simple holganza de la cigarra, y avanzar un poco más en el concepto, expandiéndolo a esa actitud de total desgana por lo externo o ajeno. Así y a título de ejemplo, tal vez Dante arrojara hoy a los infiernos a estas personas:
  1. Quienes no se mueven sin recompensa o contraprestación, aquellos que miden todo en términos de interés y les resulta una pérdida de energía y tiempo dedicar su esfuerzo a acciones aparentemente inútiles.
  2. Quienes optan por no ser flexibles, si esto les descoloca la agenda, sus reglas o sus costumbres.
  3. Quienes copian las ideas ajenas y las muestran como propias. 
  4. Quienes no contestan llamadas, mensajes o correos.
  5. Quienes hablan entre dientes.
  6. Quienes dan floja la mano. 
  7. Quienes tienen prejuicios y lo dan todo por supuesto, con tal de no escuchar.
  8. Quienes ya no aprenden.
Estas conductas (y otras, pues la lista está abierta) denotan una clara dejadez, esa abulia vital y ausencia de espíritu que, sin duda, conforman la pereza.
Podemos ser cigarras, pero jamás seres anodinos incapaces de movilizarse por nada ni por nadie, incapaces de amar.

NOTA: A propósito de la explotación por el trabajo, tal vez pueda interesarles lo que el año pasado escribí en este mismo blog, pinchando aquí

27 de julio de 2011

Global system

En esta época de marcas y logos, ¿se atreverá el cocodrilo con el mantón de Manila?

26 de julio de 2011

Amy y José




Se atribuye a James Dean la frase “vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver”. Jamás estuve de acuerdo con su sentencia, ni tan siquiera cuando, por edad, veinticuatro horas me parecían un periodo de tiempo demasiado largo y vivir era sinónimo de calzarse las botas de siete leguas y pretender llegar muy lejos.
Para las cosas del morir, siempre he preferido ir despacio o, si se prefiere, disfruto tanto viviendo que me he cuidado mucho de exponer mi cuerpo y mi mente a conductas arriesgadas. No me refiero solamente a las drogas (e incluyo el alcohol en este apartado), sino a cualquier actividad temeraria que ponga en riesgo lo más preciado que cada uno tiene: su propia existencia. Y dentro de este cajón englobo a las personas que alimentan la imprudencia, bien sacando partido de ello, o bien asistiendo como meros espectadores.
Me pregunto estos días qué empujó a algunos a colgar en la red el vídeo del último concierto de Amy Winehouse, es decir, el que ofreció en Belgrado el pasado mes de junio. No lo he visto porque no he querido, pero ha sido tan comentado por todo tipo de prensa, que me hago una idea del declive que lució aquel día la cantante ante miles de fans.
También me pregunto si, asistiendo a determinados espectáculos, lo que la gente busca en realidad es toparse con la degradación de quien actúa, con su muerte en directo, con ese cadáver “bonito” que, encima, es mentira, pues la juventud, cuando muere en determinadas circunstancias, lleva muchos años marchitándose.
Y una última pregunta: quienes pagan dos y tres mil euros por una entrada para ver torear a José Tomás, ¿acaso no están apostando a la ruleta rusa del diestro? Su cogida de estos días también está siendo muy cliqueada en Internet y me han dicho que el caché del matador ha subido más todavía.
Hagan juego, suene la caja registradora y disfruten, que estamos locos.

20 de julio de 2011

Pecados capitales: la ira


Si existe una imperfección extravagante es esta de la ira. Creo que, de los siete pecados capitales, es el único que posee efectos claramente contagiosos, porque el acto producido en un momento furibundo y violento, muchas veces provoca la cólera de los demás. Por ejemplo, si alguien lleno de rabia asesta un golpe a un semejante y lo mata, casi de inmediato hace que broten sentimientos de ira en otros sujetos que, curiosamente, no dudarían en aplicarle al agresor su misma medicina, como antaño pasaba en los territorios de Lynch. Raro es quien no haya experimentado alguna vez esa emoción y extraña es también la persona que, paralelamente a su furia, no la censure en los demás. Por eso veo la ira como si fuera una rueda que gira sobre su eje continuamente: hoy puedes ser objeto del furor ajeno, mañana puedes ser tú quien se encolerice.
La guerra incivil que padeció España hace setenta y cinco años sembró el país de ataques y agresiones no siempre provenientes de las tropas enfrentadas. Las salvajadas que sufrió mucha gente las causó el fanático impulso de “dar su merecido” a quienes eran considerados simpatizantes o representantes de alguna otra barbaridad. Llegada la victoria, siguió aplicándose la saña del bando ganador y creciendo de puertas adentro la ira de quienes perdieron la contienda, en una retroalimentación que ha llegado hasta nuestros días, a pesar de que la mayoría de los españoles nada tenemos que ver con aquello.
Ayer, camino de casa, pasé delante de un muro donde aún permanecen las huellas de los proyectiles usados durante esa conflagración y vino a mí la imagen de ciertas calles de Berlín donde el paso del tiempo todavía no ha borrado las señales del horror. Pensé también en Iraq, el 11-S, Ruanda, Afganistán, la otrora Yugoslavia, Ucrania y un larguísimo etcétera confeccionado de odios, rencores y, sobre todo, mucha ira.
¿Nos bajamos de la rueda?

1 de julio de 2011

Ascot y Toledo


La hípica es a Ascot lo que el Corpus a Toledo. Nada define a ambos lugares como las celebraciones de tales eventos, cuya fama, además, ha traspasado fronteras. Son días grandes en que las cosas deben salir como se espera, es decir, perfectas.
En Ascot, las damas lucen pamelas y sombreros asombrosos, en una peculiar competición de originalidad no exenta de exageración. Los caballeros, por su parte, suelen acudir ataviados con chistera.
Parece, pues, que lo de cubrirse la cabeza tiene su importancia y marca estilo, solo que, si bien en el kingdom de Isabel II se hace por esa especie de tradición juguetona a la que nos tienen acostumbrados los ingleses, en Toledo, a más de cuarenta grados centígrados al sol, es cuestión de supervivencia.
Desde aquí me gustaría animar a los sombrereros ingleses a que fabricaran tocados inspirándose en los que llevaban los sufridos espectadores de la procesión del Corpus el pasado 23 de junio. Les apuesto algo a que no faltaría la celebrity de turno que se colocara alguno, siempre que el precio fuera lo suficientemente alto y pudiera luego subastarse en eBay.

Orgullo


Plaza de Zocodover, Toledo, 23 de junio de 2011
Cada uno engalana sus ventanas o balcones con lo mejor que tiene.

30 de junio de 2011

Ελληνική Δημοκρατία


"Mientras que los teucros guardaban de este modo su campo, de los aqueos habíase enseñoreado la ingente Fuga, compañera inseparable del glaciar Terror, y hasta los más valientes estaban agobiados por angustiosísimo pesar".
 (Homero . La Iliada, canto IX)

Toda mi solidaridad con el pueblo griego.

Verano


Me gusta el verano por muchas cosas: 
Por el aroma a limpio del amanecer.
Por la luz ambarina de la tarde.
Por ese olor dulzón, a higos maduros, cuando llega la noche.
Por el sonido de los grillos.
Porque el tiempo se detiene .... 

NOTA: La foto es de un heladero, en la isla Büyükada (Turquía), muy cerca de la calle donde se alojó Trostky en alguna etapa de su duro exilio.

29 de junio de 2011

Residuos



No recuerdo la primera vez que en casa asumimos la posibilidad de deshacernos de un envase de cristal, sin necesidad de entregarlo en la tienda. Supongo que, a nivel general, aquello fue recibido como un avance moderno, liberándose a la gente de acudir con sus tarritos de yogur o botellines de cerveza tintineando en la bolsa, para comprar tantas unidades como cascos se llevaba encima.
Tras el cristal apareció el plástico, el bote de aluminio, los poliestirenos del tetra brik y todo lo que usted sabe ya, porque lo utiliza. Como acabo de decir, no recuerdo exactamente cuándo empezó todo, pero soy consciente de haber participado durante casi toda mi vida en el ensuciamiento del planeta.
Ahora, cuando las cosas han llegado a unos límites alarmantes, los poderes públicos nos instan a reutilizar y reciclar. Desde hace tiempo, nos resultan familiares los cubos de basura diferenciados en función del material de nuestros residuos, pero no todo el mundo los usa de manera adecuada. Por eso, ayuntamientos como el de Pamplona han puesto en marcha el canje de latas y botellas de plástico por entradas de cine. La iniciativa me parece espléndida, pues, a la par de hacer pedagogía acerca de la necesidad de separar en origen los desechos, fomentamos una forma de ocio sencilla, barata, sosegada y, si además la película es buena, enriquecedora y artística. Parece que el experimento está dando resultado, pues desde enero de este año se han recogido casi un millón de envases (para quienes no conozcan Pamplona, se trata de una ciudad de doscientos mil habitantes, aproximadamente).
En otros lugares del mundo se lleva a cabo algo parecido, pero reembolsando el dinero de la tasa que la gente pagó al comprar el producto cuyo recipiente devuelve. Por eso me sorprende que en municipios como el mío se optara por inspeccionar las bolsas de basura y multar al vecindario si alguien osaba a mezclar raspas de sardinas con un tarro de mayonesa. Como la medida se declaró ilegal (a mi juicio, afortunadamente), pescado y botes siguen yaciendo juntos más veces de las que serían recomendables, con gran perjuicio para el medio ambiente.
¿Para cuándo medidas que fomenten de verdad el reciclaje? Si bien es verdad que todos somos responsables del estado de la Tierra, quienes poseen la capacidad de gestionar, administrar y decidir deben promover entre la ciudadanía actitudes responsables, facilitando el hacerlo y, si es preciso, incentivándolo. ¿O acaso, por idénticos fines ecológicos, no se está impulsando la renovación de los electrodomésticos, bombillas y ventanas? Creo que, mientras se expande el ejemplo de otras ciudades y los de arriba deciden si incentivar o no, bastaría con que se llevara a la práctica algo muy sencillo: incrementar el número de contenedores para cristal y papel, dotando de ellos a cada comunidad de vecinos. En la actualidad y en Madrid, solo contamos con el de restos orgánicos y el famoso amarillo, por lo que, desprenderse de periódicos atrasados, cajas de cartón o tarros de mermelada, a veces conlleva ir cargado hasta dos o tres manzanas... y no todo el mundo es joven, ágil o sano. Asimismo y respecto a los lugares donde la basura se tira a contenedores grandes, de los que están en la calle y son comunes a varios edificios, sería harto recomendable que, al lado de ellos, hubiera también receptáculos para papel y vidrio, por las mismas razones.
Es decir, si no se opta por la recompensa o compensación, al menos abastézcase a la población de elementos, recursos y dispositivos suficientes para que separar los residuos no se conciba como un castigo divino.

Para saber más acerca de lo de Pamplona,
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/lata/invita/cine/elpepusoc/20110627elpepusoc_2/Tes

24 de junio de 2011

Pecados capitales: la soberbia y sus parientes

 
Quisiera ser tan alta como la luna, ¡ay, ay!
(Canción popular española)

Desear quedar siempre por encima de todo y de todos, aparte de inútil, debe de dañar profundamente el ánimo. En este sentido, supongo que la persona soberbia verá frustrada sus aspiraciones en muchísimas ocasiones, porque, no nos engañemos, la mayoría de las cosas van a su aire y cuantos nos rodean son libres para pensar y actuar como quieran (o puedan). Nadie es superior a nadie.
El soberbio suele jactarse de ser inconformista y rebelde pero, cuando el destino le da una vara de mando (aunque sea la muy común de criar a sus hijos), se muestra rígido e imperativo, con no pocas dosis de intolerancia. Así pues, no le faltan ocasiones para andar malhumorado y estallar en cólera por la cuestión más nimia, aun a costa de hacer el ridículo.
Son, en fin, tiranos y tiranillos. Algunos protagonizan los acontecimientos y páginas más execrables de la Historia, a otros les basta con ser responsables del profundo malestar de sus empleados, familiares, compañeros o amores. En cualquier caso, todos son la pesadilla de alguien.








13 de junio de 2011

Universos paralelos


Los cosmólogos nos han familiarizado con la idea de que, más allá del universo que observamos, existen otros, algunos igual al nuestro y otros muy distintos, prácticamente inimaginables, en los que las leyes físicas difieren de las de aquí.
Me impresiona pensar que, a miles de años luz, puede que exista una Amparo que, en este preciso momento, teclee un ordenador y escriba palabras como las mías. Esta impresión se acrecienta si pienso que, más lejos aún, haya otra Amparo empezando a vivir lo que yo ya he vivido hasta ahora. Las posibilidades son inabarcables y la imaginación se me desboca. Parece que, para acceder a esos mundos, se necesita una puerta, elemento en el que investigan algunos científicos y que ya me gustaría a mí tenerla hoy, para trasladarme por el multiverso y recoger, en algún lugar de la energía flotante, los libros que perdí ayer.