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7 de agosto de 2012

El reino del revés




De pequeña cantaba una canción según la cual en un lugar remoto los pájaros nadaban y los peces surcaban los aires, los gatos decían “yes” y nadie era capaz de ver a mil quinientos chimpancés juntos. Gracias a mi curiosidad, supe luego que se trataba de un poema de la escritora bonaerense María Elena Walsh, que también le regaló otras letras memorables a chicos y mayores.
Últimamente pienso a menudo que el mundo está del revés, pues hace tiempo perdimos el hilo conductor que le daba sentido a las cosas. De un tiempo a esta parte, es como si hubieran tocado a rebato y se pugnara por ver quién suelta la tontería más grande, quién hace lo más absurdo o quién se contradice con más desparpajo. No me extraña que la mayoría de la gente no entienda nada. A modo de ejemplo, traigo aquí a colación la entrevista que hace un par de semanas le hicieron a Gunilla Von Bismarck en el suplemento semanal de un periódico español. Entre otras lindezas, la que fue década tras década imagen de la Marbella más hortera, ociosa, bullanguera y monstruosa, suelta la siguiente perla: “los españoles tienen que gastar menos, no tanta fiestas y trabajar más”.
Para  tranquilidad de esta señora, diremos que llevamos tiempo en ese camino: gastar, lo que se dice gastar, cada vez se puede menos, dados los recortes salariales, la subida de impuestos y el límite asignado a subsidios y otras ayudas públicas. En cuanto a fiestas, no sé si se refiere a las suyas, donde creo que el pueblo llano jamás ha entrado, o a las celebraciones de cumpleaños, finales de curso, bodas de plata y bautizos, mucho más modestas y menos pomposas que las de la jet-set. Y por lo que a trabajar más se refiere, con las reformas legislativas en marcha, acabaremos siendo esclavos y desempeñando nuestro cometido a cambio de comida y agua, tal y como sueñan algunos que andan parapetados tras un gráfico de líneas quebradas que dibujan ellos mismos.
Ante tan desoladora situación, ¿recuerdan la película “El Dormilón”, de Woody Allen? Cuando el espectador descubre que el dictador que rige los destinos de ese mundo futurista es una nariz, suele soltar una carcajada, pues en principio no cabe en cabeza humana que esa napia controle la vida de la población. Sin embargo, tras ese recurso cinematográfico y cómico se esconde la metáfora que hoy aflora nuevamente en España, Europa, Occidente, tal vez el mundo entero: quienes han cambiado el orden natural de las cosas no son más que un despojo. Ahora bien, como vivimos en el reino del revés, esos desechos opinan, aconsejan, deciden y amenazan… a veces a través de gente de rancio, muy rancio, abolengo.

NOTA: Acompaño a esta entrada la foto de una de mis últimas consumiciones festeras, que asciende a 3,90 euros, consistente en un refresco que me tomé con L., acompañado de alguna chuchería. Por cierto, que este mes de agosto estoy yendo a trabajar.

3 de diciembre de 2011

Hasta aquí hemos llegado


He cerrado mis ventanas al desaliento, a la desesperación, a los temores colectivos, al sacrílego envite de quienes desayunan diariamente con la voz de los mercados. Y en la clausura me descubro conocedora de la vida, fértil en ideas y hasta capaz de detener la órbita del mundo.

21 de septiembre de 2011

Universo



Venus y Marte son distintos, pero comparten el mismo Universo. 
De Venus a Marte: Feliz cumpleaños.

28 de julio de 2011

Pecados capitales: la pereza



Me cuesta mucho escribir sobre la pereza como algo maligno, cuando en ocasiones puede resultar liberador y hasta positivo. Para ser sincera, un poco de inactividad nos viene bien a todos. A menudo hay que parar, tomar aire y dedicarnos a vagar por las estructuras del no-hacer. Para Lafargue esto era revolucionario. Para la mujer y el hombre modernos, puede incluso ser cuestión de salud mental. Para mí, a finales de julio, ni les cuento.
Por eso creo que debemos rechazar el concepto de pereza que nos inculcaron desde la cuna, es decir, la simple holganza de la cigarra, y avanzar un poco más en el concepto, expandiéndolo a esa actitud de total desgana por lo externo o ajeno. Así y a título de ejemplo, tal vez Dante arrojara hoy a los infiernos a estas personas:
  1. Quienes no se mueven sin recompensa o contraprestación, aquellos que miden todo en términos de interés y les resulta una pérdida de energía y tiempo dedicar su esfuerzo a acciones aparentemente inútiles.
  2. Quienes optan por no ser flexibles, si esto les descoloca la agenda, sus reglas o sus costumbres.
  3. Quienes copian las ideas ajenas y las muestran como propias. 
  4. Quienes no contestan llamadas, mensajes o correos.
  5. Quienes hablan entre dientes.
  6. Quienes dan floja la mano. 
  7. Quienes tienen prejuicios y lo dan todo por supuesto, con tal de no escuchar.
  8. Quienes ya no aprenden.
Estas conductas (y otras, pues la lista está abierta) denotan una clara dejadez, esa abulia vital y ausencia de espíritu que, sin duda, conforman la pereza.
Podemos ser cigarras, pero jamás seres anodinos incapaces de movilizarse por nada ni por nadie, incapaces de amar.

NOTA: A propósito de la explotación por el trabajo, tal vez pueda interesarles lo que el año pasado escribí en este mismo blog, pinchando aquí

20 de julio de 2011

Pecados capitales: la ira


Si existe una imperfección extravagante es esta de la ira. Creo que, de los siete pecados capitales, es el único que posee efectos claramente contagiosos, porque el acto producido en un momento furibundo y violento, muchas veces provoca la cólera de los demás. Por ejemplo, si alguien lleno de rabia asesta un golpe a un semejante y lo mata, casi de inmediato hace que broten sentimientos de ira en otros sujetos que, curiosamente, no dudarían en aplicarle al agresor su misma medicina, como antaño pasaba en los territorios de Lynch. Raro es quien no haya experimentado alguna vez esa emoción y extraña es también la persona que, paralelamente a su furia, no la censure en los demás. Por eso veo la ira como si fuera una rueda que gira sobre su eje continuamente: hoy puedes ser objeto del furor ajeno, mañana puedes ser tú quien se encolerice.
La guerra incivil que padeció España hace setenta y cinco años sembró el país de ataques y agresiones no siempre provenientes de las tropas enfrentadas. Las salvajadas que sufrió mucha gente las causó el fanático impulso de “dar su merecido” a quienes eran considerados simpatizantes o representantes de alguna otra barbaridad. Llegada la victoria, siguió aplicándose la saña del bando ganador y creciendo de puertas adentro la ira de quienes perdieron la contienda, en una retroalimentación que ha llegado hasta nuestros días, a pesar de que la mayoría de los españoles nada tenemos que ver con aquello.
Ayer, camino de casa, pasé delante de un muro donde aún permanecen las huellas de los proyectiles usados durante esa conflagración y vino a mí la imagen de ciertas calles de Berlín donde el paso del tiempo todavía no ha borrado las señales del horror. Pensé también en Iraq, el 11-S, Ruanda, Afganistán, la otrora Yugoslavia, Ucrania y un larguísimo etcétera confeccionado de odios, rencores y, sobre todo, mucha ira.
¿Nos bajamos de la rueda?

29 de marzo de 2011

Grullas zen


Hace un año que comencé a escribir estas entradas. Desde entonces han pasado muchas cosas, pero siento como si la tierra hubiese estado quieta, sin tan siquiera girar sobre sí misma. Al fin y al cabo, me azuzan hoy los mismos anhelos que hace doce meses. Será que a partir de cierta edad los cambios resultan imperceptibles.... epur si muove, que dijo Galileo.
Tras la desgracia que se cierne sobre Japón, se ha abierto una ventana de esperanza a través de la iniciativa de las mil grullas. Para quienes aún no sepan de qué se trata, les dejo este enlace donde informarse: http://las1000grullas.wordpress.com/. En el fondo, se trata de un ejercicio de paciencia, un mantra papirofléxico de buenos augurios, un acto de desapego. Cada vez que alguien pliega el papel hasta darle la forma requerida, eleva su voz en silencio, pidiendo clemencia a los dioses con un pueblo nipón tanta veces castigado. 

NOTA: Hoy también mando una grulla a Guerrero Zen del Té Rojo. Espero que se recupere pronto de una delicada operación a la que se sometió ayer.

23 de febrero de 2011

Flor de pasión


Si pudiera llevarme a una isla desierta  un programa de radio, ese podría ser “Flor de pasión”,  de Juan de Pablos.  Hace tiempo que no lo sintonizo, pues en los últimos cuatro años mis horarios coinciden poco con mis deseos.  A falta de su compañía, me conformo fotografiando flores de la pasión…. Pero no es lo mismo.

6 de febrero de 2011

Domingos



Los domingos siempre han sido para mí como una calle adoquinada donde resuenan los tacones de la única paseante que la transita. Son páginas en blanco para escribir o dibujar el contrapunto de la semana, con el trazo que queramos, con la tinta que nos venga bien. 
De niña, el domingo era sinónimo de "ir con papá"y escaparme de la rutina materna. Anclarme al que salió de casa y recargar la batería de mi corazón compartiendo unos momentos que yo atisbaba como únicos y fuera de serie.
Después vinieron los domingos de codos y concentración, los de trabajo y también los de salir con amigos y los de ir con mi amor, los de hacer mudanzas o limpiar la nevera, los de arroparme con una siesta larga y hasta los de salir corriendo por una urgencia. 
Pero todos los domingos me han regalado, hasta ahora, la oportunidad de estar de otra manera, de mirar afuera y emprender la ruta que marca esa calle vacía.

24 de noviembre de 2010

Lo que no me gusta



  1.  NO me gusta la palabra víctima, porque imprime carácter, fagocitando a la persona que denominan así, hasta el punto de estigmatizarla  para siempre.
  2. NO me gusta que hablen a los niños utilizando siempre diminutivos y palabras cursis. Son niños, no idiotas.
  3. NO me gusta el tono de los locutores deportivos cuando retransmiten algún encuentro, especialmente de fútbol. Me pregunto si hablarán así con su familia y amigos.
  4. NO me gusta lo extendida que está la mala educación.  
  5. NO me gusta comprobar que los bancos siguen ganando mucho a costa de los pequeños depósitos, que son precisamente los peor tratados y a los que más fríen con recargos y descuentos.
  6. NO me gusta que abandonen a los animales, ni que los maltraten.
  7. NO me gusta el burka.
  8. NO me gusta que en los restaurantes cobren por un plato lo que cuestan en el mercado dos kilos de la comida que lo compone.
  9. NO me gustan las consignas ni los adoctrinamientos, aunque vengan de "los míos".
  10. NO me gustan los topicazos políticamente correctos. Algún día dejarán de serlo. 
  11. NO me gusta el 99 % del cine que sale de la factoría hollywoodiense.
  12. NO me gusta que, cuando las cosas van mal, a algunos solo se les ocurra añadir algún delito nuevo al Código Penal o endurecer las sanciones de los que había.
  13. NO me gusta ser un coñazo, cuando lo bueno es cojonudo.
  14. NO me gusta que no se pueda cuestionar al Banco Central Europeo o al Fondo Monetario Internacional.
  15. NO me gusta que en muchos pueblos, para festejar a sus patrones y vírgenes, torturen toros, cabras, gallos, etc.
  16. NO me gusta que me toleren. Prefiero que me respeten.
  17. NO me gustan las trampas ni los chanchullos. Por eso me molesta que en mi país se tilde de "listos" a los aprovechados y caraduras.
  18. NO me gusta que mis impuestos los utilicen en mantener conflictos bélicos, aun disfrazados de "acciones humanitarias".
  19. NO me gusta que, por la radio o la televisión, al leer los titulares de la prensa escrita, hagan comentarios subjetivos. Eso debe quedarse para el artículo de opinión, el editorial o la tertulia.
  20. NO me gustan los best seller y menos si aparecen disfrazados de novela histórica. De novela tienen poco, pues les falta creatividad y destreza literaria; en cuanto a la historia, son poco más que el corta y pega de cualquier estudiante de Secundaria con la Wikipedia a mano.
  21. NO me gustan las ovejas merinas. Queda dicho.
  22. NO me gusta la pena de muerte ni la cadena perpetua, aunque existan en países a los que llamamos democráticos.
  23. NO me gusta que califiquen de "tontas" a las personas generosas.
  24. NO me gusta la falta de sentido de humor.... así que, por favor, no se tomen a la tremenda esta entrada bloguera.


25 de marzo de 2010

Plagiar lo inédito


En la edición digital de "EL PAÍS" de hoy a estas horas puede leerse textualmete:

Diagonal TV, productora de La señora, ha salido al paso de las acusaciones de plagio y estudia denunciar a su vez a la escritora Susana Pérez-Alonso. "Lo que esta mujer quiere es publicitar su libro", asegura Jaume Banacolocha, productor ejecutivo. En febrero, la novelista denunció ante la Fiscalía Superior del Principado de Asturias "serias similitudes" entre su novela inédita Melania Jacoby y la serie emitida por TVE-1. La fiscalía, que aceptó la demanda, debe asignar el caso a un jurado (sic) de instrucción. Banacolocha asegura que no se puede copiar algo no publicado...

Sin entrar en el caso concreto, que desconozco, lo que me llama la atención es la úlitma frase, porque el plagio existe con independencia de que lo supuestamente copiado hubiera sido o no publicado. Según el Dicccionario de la RAE 22.ª edición), plagiar es "copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias". Tampoco el artículo 270 del Código Penal español exige la publicación de las obras como requisito previo al plagio.

A mí se me ocurre, incluso, que la mayoría de los plagios se realizan precisamente en relación a obras inéditas, como son aquellas que se envían a concursos, las remitidas a alguien para que las lea y dé su opinión, algunas que se prestan, otras que "se pierden", etc. 

19 de marzo de 2010

Ser marcianos

"Un hombre de la Tierra piensa: 'En ese cuadro no hay realmente color. Un físico puede probar que el color es solo una forma de la materia, un reflejo de la luz, no la realidad misma'. Un marciano, mucho más inteligente, diría: 'Este cuadro es hermoso. Nació de la mano y de la mente de un hombre inspirado. El tema y los colores vienen de la vida. Es una cosa buena" (Ray Bradbury, "CRÓNICAS MARCIANAS")

Racionalizamos mucho, incluso a veces demasiado. Buscamos un porqué en casi todo, hasta el punto de desdeñar aquello que no es aprehensible con la mente. Queremos encontrar un significado hasta en las cosas que, por sí mismas, deberían carecer de ello. Siguiendo con las citas, Carlos Edmundo de Ory tiene unos versos que, más o menos (escribo de memoria) vienen a decir que "la física nuclear no me sirve para comprender por qué lloro por amor".

Seguramente no les falta razón a quienes reducen los sentimientos a meras formulaciones químicas, incluso a déficit de determinados metales, sustancias sanguíneas, presencia de elementos olfativos o enlaces neuronales. Pero pienso que, a fuerza de querer entenderlo todo y que ese todo haya de pasar necesariamente por el tamiz del argumento, el ser humano ha perdido en gran medida la alegría de vivir y, con ello, la capacidad de asombrarse, emocionarse, esperanzarse... En definitiva, participar de las cosas que pasan alrededor.

Si ser marciano pasa por vivir plenamente y respetar lo que me rodea, quiero ser marciana.

14 de marzo de 2010

Tom Stoppard y Safo


En la obra Rock'n'Roll, recientemente representada Madrid, Tom Stoppard nos habla de muchas cosas. El hilo conductor es Praga, pero también Europa, las ideas, Syd Barrett, el relevo generacional, la cultura de masas, el poder... Igualmente se detiene en Safo, a propósito de mostrarrnos ciertas vidas dedicadas al estudio de los clásicos y de las llamadas lenguas muertas. Resulta estimulante ver cómo uno de los personajes principales, filósofo comunista y profesor en Cambridge, asiste irónico y divertido a alguna de las clases que tutoriza su mujer, quien ayuda a sus alumnas a diseccionar con precisión y rigor los versos sáficos.

Max, que así se llama nuestro hombre, no se da cuenta de que, con el paso del tiempo, él y otros tantos como él serán también objeto de análisis e investigación. Cuando, hacia el final de la obra, se pregunta qué ha sido de los obreros orgullosos de serlo y de aquellas ediciones de poesía que se agotaban nada más ponerse en venta, empieza a darse cuenta de que el mundo en el que ha creído (como una Arcadia intelectual) y por el que, con sus medios y desde su posición, ha trabajado (conferencias, artículos y también espionaje) ya no es más que una célula en un microscopio, mero objeto de museo o laboratorio,o estado de cosas al que han contribuido todos.

Al final, como en la canción de Aute, nos queda la música (y yo diría que los clásicos).

13 de marzo de 2010

A las cinco en punto de la tarde

El poema dedicado por García Lorca a Ignacio Sánchez Mejías va subrayando con una cadencia especial el encabezamiento de esta entrada. Siguiendo el título del blog, puede decirse que pone el acento en esa hora, lo que por otro lado resulta natural, tratándose de la cogida y muerte de un torero. Yo empiezo hoy a escribir a las cinco de la tarde y, por seguir con el tópico, hablaré de lo que, muy a mi pesar, conocemos como "fiesta nacional", porque últimamente vuelven a llenarse cientos de páginas escritas y virtuales con argumentos pro y contra. No me propongo convencer a nadie, pero sí me gustaría formular algunos deseos, por aquello de implorar a los dioses y recibir sus favores:
  1. Que el país donde nací y vivo no fuera asociado con el espectáculo taurino.
  2. Que no se sacrificaran toros en las plazas, para solaz de algunos y negocio de otros.
  3. Que el riesgo de los toreros y la tortura y muerte de los toros no constituyera una forma de ocio y diversión.
  4. Que se deje de tratar la tauromaquia como "arte" o "hecho cultural", que dejen de entregarse premios de Bellas Artes a toreros, rejoneadores y demás.
  5. Que no se proteja algo tan sólo por ser "tradición". De sobra es sabido que mantenemos y abandonamos tradiciones según el devenir de los tiempos y nuestra propia evolución social.
  6. Que dejen de presentar lo taurino como imprescindible para la supervivencia de una especie animal. A estas alturas, con la información que hay, resulta falaz y manipulador.
  7. Que algunos políticos no fueran tan tibios y, puesto que dicen estar comprometidos con la  modernidad, hacer algo acorde con el siglo en que vivimos: dejar de matar animales sin necesidad.
  8. Que otros políticos no sean tan autoritarios y dejen de proteger legalmente, sin haberlo consultado con los ciudadanos ni ningún órgano o cámara de representación de éstos, tamaña carnicería.
  9. Que no se venda lo que no es más que un espectáculo morboso, amparándose en artistas plásticos que lo pintaron. En el caso de Goya y por poner sólo un ejemplo, también reflejó en su pintura fusilamientos y  hombres medio enterrados, peleando a muerte, y no por eso animamos a que la gente lo haga.
Saludos